un millón de puntos tres días trabajando noche y día
lunes, 20 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
MI VIDA COMO DIBUJANTE (primera parte)
"Muchos vivos merecerían la muerte, y algunos que mueren merecen la vida. ¿Podrías dársela tú, Frodo? No seas ligero a la hora de adjudicar muerte o juicio, ni los sabios pueden discernir esos extremos"
Eran los años 90, yo estaba recién graduado del colegio, no había pasado en la universidad nacional de Colombia a diseño gráfico, en cierta forma admiraba a mis hermanos, todos habían ingresado a la universidad, a Ingeniería, Arquitectura y Diseño Gráfico, eran los tiempos de las computadoras enormes, que funcionaban con tarjetas de cartón y cintas magnéticas; yo por mi parte empezaba a dar tumbos en está vida, ingrese a la Universidad INCCA a ingeniería de sistemas, aún me acuerdo programando en pascal y lenguaje c, jamás olvidare el trabajo final de programación el cual consistía en un programa que calculaba el día de la semana de una fecha dada en el futuro o en el pasado, fueron cuatro días sin dormir pero lo logre trabajando conjuntamente con mi prima (después me entere que con una simple formula se podía hacer más fácil, descubrí el agua tibia). Pero llegaron los tiempos duros, los tiempos del llanto y el dolor, abandone la universidad y termine postrado en una cama, sin televisión y con una cajita de lapices mirado, dormía poco y dibujaba mucho, envidiaba a mis hermanos porque ellos podían dibujar con mucha facilidad, de hecho recuerdo que mi mamá se sentía muy orgullosa de ellos, eso era lo que más me motivaba a dibujar y seguir intentándolo, lo más importante era que el dolor no llegará a mis manos, que siguiera aferrándome al lápiz y a la vida, aunque en esa época no tenía esperanzas, quizá por el hecho de haber estado en esa situación de soledad y de rabia me hice dibujante humorístico, no dibujaba bien (hoy en día se que me falta resto), el primer paso fue buscar un estilo propio, una identidad, así nació Coito Veloso, con este personaje gané una mención de honor en el sexto concurso de dibujo humorístico CAFAM y un segundo puesto en el primer concurso de dibujo humorístico de la Facultad de lingüística de la Universidad Nacional de Colombia, mi personaje creció y ahora recibe invitaciones de participación de países como Turquía, Japón y Bélgica. Pero volvamos un poco sobre mis pasos, a la par con el dibujo humorístico me volví autodidacta en acuarela y diseño gráfico, mis inicios como acuarelista fueron muy graciosos, compré un caja de acuarelas Guitar y un pincel de pelo de marta Grumbacher, no tenía idea como funcionaba la técnica, no sabía ni siquiera que se necesitara agua para su ejecución, mis primeros intentos fueron todos un fracaso, no sabía de teoría del color, de composición, me dejaba guiar más por mi intuición, aunque a veces no funcionaba, no me acuerdo cuantos dibujos, ni cuantas libretas, no se cuantas horas, aunque el tiempo que dure postrado en mi cama fue eterno. A la par que me convertía en dibujante humorístico llegaba a nuestro hogar un nuevo integrante: una computadora DTK 386 de pantalla monocroma, funcionaba con D.O.S. y el maravilloso windows 3.1, nunca fallaba, mi hermano (el diseñador) recién se había graduado de la universidad cuando todo el diseño se hacía a mano por esas épocas, me pidió que le enseñara a manejar la pequeña caja, al poco tiempo mi hermano ya era experto en D.O.S., windows y word star, sin embargo mi hermano se consiguió tres programas de los cuales no teníamos ni remota idea de su uso: photoshop 2.5, coreldraw 3.0 y el pagemaker, así inició otro viaje para mí: el mundo del diseño gráfico. Aprendí las cosas básicas, me enamore del cartelismo, de la simbología y de la infografía, pasé horas felices retocando fotos. Nunca pensé dedicarme al diseño gráfico como autodidacta, de hecho procuro hoy en día mantenerme al margen, sólo realizo trabajo que me es solicitado, no porque yo lo busque, porque esa no es mi profesión, aunque me fascina diseñar, pensar en los tipos, las retículas y la composición, para mí es un juego muy divertido.
Deje mi cama después de cinco años e ingrese a la Universidad Nacional de Colombia a la carrera de Zootecnia después de haberme presentado trece veces, siete largos y dolorosos años, en Zootecnia aprendí anatomía, microbiología, fisiología y Biología, me gusta resto la carrera, no lo niego, pero sentía que algo me faltaba y conocía una gran docente de la Universidad: Guillermo Mahecha, el profesor de biología, me hizo enamorar de la biología con esa pasión que no se puede describir con palabras, las causas se empezaron a sumar y termine finalmente en Biología, aunque nunca fui buen estudiante dentro de la carrera, me desmotive completamente y aún me crítico fuertemente, pero eso no viene al caso, cuando estaba haciendo el traslado de carrera la gente me decía que porque no me pasaba a una carrera de la facultad de artes, pero nunca fue mi opción. Estando en biología conocí a la Docente Emira Gárces quien por esa época andaba buscando un dibujante para la cartilla de retiros académicos, ese fue mi primer trabajo pago como dibujante, y fue ese trabajo el que me abrió otras puertas, resulto que el esposo de la profesora Emira era el gerente de Colcerámica de la planta de Sopó y estaban buscando una forma agradable para transmitir conocimiento a sus empleados, que mejor manera que el dibujo humorístico para conseguir este objetivo, alcance a trabajar para ellos siete años hasta cuando mis jefes salieron de la empresa, me divertí resto con este trabajo, iba a las plantas de Sopó, Homecenter y Madrid, tomaba fotos, dibujaba y dibujaba, escuchaba a los empleados, ellos me daban la materia prima necesaria para encender mi creatividad. También por medio de la profesora Emira llegué a trabajar con el gran botánico Mora Osejo, mi primer trabajo como ilustrador científico, nunca había hecho nada distinto al dibujo humorístico, fue un gran reto, obviamente y como era de esperar se fallo mucho en la ejecución de las láminas, pero la experiencia del profesor Mora Osejo supo encaminar mis trazos, aunque el trabajo nunca se termino ni se publico, en primer lugar mi salud se deterioro a tal punto que tuve que aplazar un año en la Universidad y en segundo lugar cuando regrese y pensaba retomar mi tesis y mi trabajo como ilustrador científico el profesor Mora Osejo, uno de los fundadores del departamento de Biología le decía adiós a este mundo. Pero mi historia como ilustrador hasta ahora iniciaba, cuando recién salí egresado de la universidad fui llamado a trabajar en el Instituto amazónico de investigaciones científicas SINCHI como ilustrador científico, allí trabaje cuatro años, dibujando caimanes, sierras eléctricas y algas; y fue en dicho instituto donde trabaje por primera vez como diseñador gráfico por solicitud del investigador para el cual había trabajado en lo del caimán negro.
Decidí entonces buscar una especialidad en Artes, y llegue a la corporación escuela de Artes y letras donde realice la especialización en ilustración y arte digital, me acuerdo también que en esa época conocí al maestro Rodez con el cuál afine mucho mi técnica de acuarela y también conocí al maestro Carlos Díaz Consuegra, el gran ilustrador infantil, de él me fascina como juega con las perspectivas y el manejo pulcro de la técnica con rotuladores, fue así como entre al mundillo de la ilustración de lleno, y no puedo dejar de mencionar cuatro ilustradores más, a los que también les debo mis agradecimientos: Andres Barientos, Felipe Machado, Ruben Romero y el gran maestro Jairo Linares.
Eran los años 90, yo estaba recién graduado del colegio, no había pasado en la universidad nacional de Colombia a diseño gráfico, en cierta forma admiraba a mis hermanos, todos habían ingresado a la universidad, a Ingeniería, Arquitectura y Diseño Gráfico, eran los tiempos de las computadoras enormes, que funcionaban con tarjetas de cartón y cintas magnéticas; yo por mi parte empezaba a dar tumbos en está vida, ingrese a la Universidad INCCA a ingeniería de sistemas, aún me acuerdo programando en pascal y lenguaje c, jamás olvidare el trabajo final de programación el cual consistía en un programa que calculaba el día de la semana de una fecha dada en el futuro o en el pasado, fueron cuatro días sin dormir pero lo logre trabajando conjuntamente con mi prima (después me entere que con una simple formula se podía hacer más fácil, descubrí el agua tibia). Pero llegaron los tiempos duros, los tiempos del llanto y el dolor, abandone la universidad y termine postrado en una cama, sin televisión y con una cajita de lapices mirado, dormía poco y dibujaba mucho, envidiaba a mis hermanos porque ellos podían dibujar con mucha facilidad, de hecho recuerdo que mi mamá se sentía muy orgullosa de ellos, eso era lo que más me motivaba a dibujar y seguir intentándolo, lo más importante era que el dolor no llegará a mis manos, que siguiera aferrándome al lápiz y a la vida, aunque en esa época no tenía esperanzas, quizá por el hecho de haber estado en esa situación de soledad y de rabia me hice dibujante humorístico, no dibujaba bien (hoy en día se que me falta resto), el primer paso fue buscar un estilo propio, una identidad, así nació Coito Veloso, con este personaje gané una mención de honor en el sexto concurso de dibujo humorístico CAFAM y un segundo puesto en el primer concurso de dibujo humorístico de la Facultad de lingüística de la Universidad Nacional de Colombia, mi personaje creció y ahora recibe invitaciones de participación de países como Turquía, Japón y Bélgica. Pero volvamos un poco sobre mis pasos, a la par con el dibujo humorístico me volví autodidacta en acuarela y diseño gráfico, mis inicios como acuarelista fueron muy graciosos, compré un caja de acuarelas Guitar y un pincel de pelo de marta Grumbacher, no tenía idea como funcionaba la técnica, no sabía ni siquiera que se necesitara agua para su ejecución, mis primeros intentos fueron todos un fracaso, no sabía de teoría del color, de composición, me dejaba guiar más por mi intuición, aunque a veces no funcionaba, no me acuerdo cuantos dibujos, ni cuantas libretas, no se cuantas horas, aunque el tiempo que dure postrado en mi cama fue eterno. A la par que me convertía en dibujante humorístico llegaba a nuestro hogar un nuevo integrante: una computadora DTK 386 de pantalla monocroma, funcionaba con D.O.S. y el maravilloso windows 3.1, nunca fallaba, mi hermano (el diseñador) recién se había graduado de la universidad cuando todo el diseño se hacía a mano por esas épocas, me pidió que le enseñara a manejar la pequeña caja, al poco tiempo mi hermano ya era experto en D.O.S., windows y word star, sin embargo mi hermano se consiguió tres programas de los cuales no teníamos ni remota idea de su uso: photoshop 2.5, coreldraw 3.0 y el pagemaker, así inició otro viaje para mí: el mundo del diseño gráfico. Aprendí las cosas básicas, me enamore del cartelismo, de la simbología y de la infografía, pasé horas felices retocando fotos. Nunca pensé dedicarme al diseño gráfico como autodidacta, de hecho procuro hoy en día mantenerme al margen, sólo realizo trabajo que me es solicitado, no porque yo lo busque, porque esa no es mi profesión, aunque me fascina diseñar, pensar en los tipos, las retículas y la composición, para mí es un juego muy divertido.
Deje mi cama después de cinco años e ingrese a la Universidad Nacional de Colombia a la carrera de Zootecnia después de haberme presentado trece veces, siete largos y dolorosos años, en Zootecnia aprendí anatomía, microbiología, fisiología y Biología, me gusta resto la carrera, no lo niego, pero sentía que algo me faltaba y conocía una gran docente de la Universidad: Guillermo Mahecha, el profesor de biología, me hizo enamorar de la biología con esa pasión que no se puede describir con palabras, las causas se empezaron a sumar y termine finalmente en Biología, aunque nunca fui buen estudiante dentro de la carrera, me desmotive completamente y aún me crítico fuertemente, pero eso no viene al caso, cuando estaba haciendo el traslado de carrera la gente me decía que porque no me pasaba a una carrera de la facultad de artes, pero nunca fue mi opción. Estando en biología conocí a la Docente Emira Gárces quien por esa época andaba buscando un dibujante para la cartilla de retiros académicos, ese fue mi primer trabajo pago como dibujante, y fue ese trabajo el que me abrió otras puertas, resulto que el esposo de la profesora Emira era el gerente de Colcerámica de la planta de Sopó y estaban buscando una forma agradable para transmitir conocimiento a sus empleados, que mejor manera que el dibujo humorístico para conseguir este objetivo, alcance a trabajar para ellos siete años hasta cuando mis jefes salieron de la empresa, me divertí resto con este trabajo, iba a las plantas de Sopó, Homecenter y Madrid, tomaba fotos, dibujaba y dibujaba, escuchaba a los empleados, ellos me daban la materia prima necesaria para encender mi creatividad. También por medio de la profesora Emira llegué a trabajar con el gran botánico Mora Osejo, mi primer trabajo como ilustrador científico, nunca había hecho nada distinto al dibujo humorístico, fue un gran reto, obviamente y como era de esperar se fallo mucho en la ejecución de las láminas, pero la experiencia del profesor Mora Osejo supo encaminar mis trazos, aunque el trabajo nunca se termino ni se publico, en primer lugar mi salud se deterioro a tal punto que tuve que aplazar un año en la Universidad y en segundo lugar cuando regrese y pensaba retomar mi tesis y mi trabajo como ilustrador científico el profesor Mora Osejo, uno de los fundadores del departamento de Biología le decía adiós a este mundo. Pero mi historia como ilustrador hasta ahora iniciaba, cuando recién salí egresado de la universidad fui llamado a trabajar en el Instituto amazónico de investigaciones científicas SINCHI como ilustrador científico, allí trabaje cuatro años, dibujando caimanes, sierras eléctricas y algas; y fue en dicho instituto donde trabaje por primera vez como diseñador gráfico por solicitud del investigador para el cual había trabajado en lo del caimán negro.
Decidí entonces buscar una especialidad en Artes, y llegue a la corporación escuela de Artes y letras donde realice la especialización en ilustración y arte digital, me acuerdo también que en esa época conocí al maestro Rodez con el cuál afine mucho mi técnica de acuarela y también conocí al maestro Carlos Díaz Consuegra, el gran ilustrador infantil, de él me fascina como juega con las perspectivas y el manejo pulcro de la técnica con rotuladores, fue así como entre al mundillo de la ilustración de lleno, y no puedo dejar de mencionar cuatro ilustradores más, a los que también les debo mis agradecimientos: Andres Barientos, Felipe Machado, Ruben Romero y el gran maestro Jairo Linares.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)